El control ginecológico es fundamental para prevención y tratamiento de distintas enfermedades. Es recomendable realizarlo una vez al año e incluye: elaboración de la historia clínica, examen físico exhaustivo, estudios ginecológicos varios como el Papanicolaou, la Colposcopia y la Ecografía Pélvica. Los dos primeros sólo se pueden realizar luego de haber iniciado relaciones sexuales, y con ellos se buscan posibles lesiones precancerosas asociadas al cáncer de cuello uterino. Estos procedimientos son básicamente preventivos.

Por su parte, la patología mamaria cobró mucha importancia en estos últimos años, es por ello que resulta muy importante empezar a incluir el examen mamario en los controles ginecológicos. Se recomienda realizar la mamografía y ecografía mamaria entre los 35 y los 40 años, y luego de esa edad incluirlas rutinariamente en los controles. Es necesario destacar la importancia de solicitar ambos análisis, debido a que hay imágenes que la ecografía percibe y la mamografía no, y viceversa.

Hay que tener en cuenta que estas recomendaciones son para pacientes sin ningún tipo de antecedentes. Para aquellas que tienen familiares directos con diagnósticos de cáncer de mama se les aconseja realizarse estudios con anterioridad.

La clave es generar una rutina de prevención y concientizarse acerca de su importancia.