La ginecología regenerativa se aplica cuando los tejidos han sufrido pérdidas de fuerza muscular, elasticidad, lubricación, volumen, flacidez y cambios de pigmentación provocando una pérdida de funcionalidad y de comodidad para la paciente. Estos cambios están provocados por traumatismos o episiotomías durante el parto, cambios o déficit hormonal o simplemente el paso del tiempo.
Se recomienda que las pacientes recurran a la ginecología regenerativa si padecen las siguientes patologías:
- Relajación vaginal.
- Atrofia urogenital de la menopausia que provoca sequedad, dificultad y dolor en las relaciones sexuales.
- Incontinencia urinaria leve y urgencia miccional.
- Cambios en la apariencia de los genitales externos que provocan malestar a la paciente, como lo es Hipertrofia de labios menores.
- Dolor vulvoperineal.
Todos estos tratamientos pretenden mejorar el bienestar físico, emocional y social de la mujer, sobre todo relacionado con la sexualidad.