El embarazo es un momento de anticipación, alegría y nuevas aventuras. Sin embargo, para algunas mujeres, este periodo puede estar teñido de una sombra inesperada: la depresión prenatal. Contrario a la creencia popular, la depresión no se limita al posparto. Molly Sonsteng, una mujer valiente y creativa, compartió su experiencia con nosotros, y hoy te invitamos a sumergirte en su relato.
Conociendo a Molly
Molly, conocida por su espíritu vibrante y risueño, es una facilitadora de grupos que tiene el don de sacar sonrisas incluso en los días más grises. Imagínate a alguien que llama a su barriga de embarazada «pizza». Esa es Molly, una persona que irradia positividad. Sin embargo, tras esa sonrisa, se escondía una realidad que no muchos conocían.
Los Días Oscuros
Molly compartió su experiencia de una depresión que se apoderó de ella durante el segundo y tercer trimestre de su embarazo. Una experiencia que ella misma describió como «casi química», una espiral emocional que la atrapaba en cualquier momento y situación. Momentos inexplicables de tristeza profunda, lágrimas sin razón aparente y una sensación de falta de control.
El Despertar
Para Molly, el momento de claridad llegó en medio de la estación de tren Penn Station, un día en que llamó a su madre para saludarla y se encontró abrumada por las lágrimas. Un momento de darse cuenta de que esta no era simplemente una etapa de tristeza ocasional, sino algo más profundo y serio. La depresión prenatal había tocado a su puerta.
El Camino hacia la Comprendida
Los primeros pasos para Molly incluyeron apoyarse en su esposo y su madre, además de compartir su experiencia con sus amigas cercanas. A medida que abría su corazón, encontró un sistema de apoyo que la sostenía en sus momentos oscuros. Sin embargo, las respuestas médicas no siempre fueron suficientes, y Molly experimentó la falta de comprensión en el sistema de atención médica.
Rompiendo el Silencio
Lo mejor que Molly hizo fue aceptar su depresión. Abrazarla en lugar de luchar contra ella. Compartir abiertamente su experiencia no solo con su círculo cercano, sino también con nosotras, le permitió liberarse de la carga y vivir con su depresión en lugar de contra ella. Un valiente acto de autocuidado que cambió su perspectiva y su relación con esta lucha interna.
Lecciones Aprendidas
La experiencia de Molly dejó una valiosa lección para ella y para todas las mujeres que enfrentan problemas de salud mental durante el embarazo:
1. Construye un Sistema de Apoyo: Hablar abiertamente sobre tus luchas desde el principio puede ayudarte a construir un sistema de apoyo sólido.
2. Todos los Sentimientos Son Válidos: No te sientas presionada por sentirte emocionada durante el embarazo. Los sentimientos son diversos y todos son válidos.
3. Busca Información: La información puede disipar la sensación de aislamiento. Saber que no estás sola en esta experiencia puede marcar una gran diferencia.
La depresión prenatal es un recordatorio de que la salud mental es tan importante como la salud física durante el embarazo. Compartir historias como la de Molly rompe el tabú y crea un espacio donde las mujeres se sienten comprendidas y apoyadas en esta travesía. Si estás pasando por algo similar, recuerda que no estás sola y que buscar ayuda es un acto de valentía. La comunidad está aquí para ti.


